En Salamanca hay todo un mundo por descubrir, además de la extraordinaria ciudad, hay una gastronomía impresionante con proyectos agrolimenarios muy desarrollados, bien estructurados y con una gran proyección de futuro.
Este es el caso de Chacinerías Díaz, compuesta por una familia maravillosa que a través de cuatro generaciones vinculadas a la tierra y a la ganadería típica de la zona, han conseguido darle una vuelta de tuerca a su proyecto. Los animales que crían son cerdos, cochinos o gorrinos, pero ¡cómo los crían! Qué cuidados y con cuanto mimo tratan a estos extraordinarios animales.
Tienen una dehesa fabulosa a pocos kilómetros de la ciudad, donde los cerdos ibéricos se pasean a sus anchas, corretean y son alimentados con pienso y con las bellotas que encuentran de los alcornoques que hay en la finca.
Para controlar la alimenación de los animales tienen su propia planta de procesado de piensos, lo que les permite dosificar los alimentos y -aportarles las proteínas necesarias para su desarrollo cuando son más jóvenes, y pasar a piensos más ricos en grasas cuando están en fase de engorde.
Todos los animales están marcados desde su nacimiento para hacerles un seguimento pormenorizado y poder tener una trazabilidad completa. Es muy importante este aspecto porque se puede controlar perfectamente la genética y el desarrollo del animal, y así con el paso del tiempo seleccinar a los mejores ejemplares para convertirlos en proqueadores y desarrollar su rama genética.
Pero no sólo encontramos cerdos ibéricos en la dehesa, también han desarrollado a los cerdos de la gama Duroc, una especie de cerdo blanco pero que tiene un origen genético parecido a nuestro cerdo ibérico. La peculiaridad de estos cerdos Duroc es que su carne es de mucha calidad presentando una infiltración de grasa intramuscular muy uniforme, la cual da un aspecto marmóreo a las cortadas de jamón muy estético.
Si a todo esto le añadimos un gran trabajo en la fábrica para cortar y selecionar las mejores carnes, nos aseguramos que la materia prima es de la mejor calidad. Todo el proceso de embutido y secado es totalmente natural y desarrollado por profesionales muy cualificados, no en vano aún se conserva el carácter familiar de la empresa, siendo tres hermanos los que aportan su empuje a la empresa.
Toda una delicia para visitar y degustar…
Gracias familia Díaz.