Bodegas Illana o simplemente Casa Illana es una de esas bodegas que enamora por las personas que hay detrás de ella y por el apasionante proyecto que tratan de transmitir al mundo. En la actualidad encabezan el proyecto Javier Prósper y su mujer Carolina con una ilusión y una dedicación francamente envolvente. Pero no sería justo atribuir todos los méritos a esta pareja, ya que nos hemos de remontar hasta 1626, cuando el rey Felipe IV concede a la familia la finca Buenavista. Esta finca está situada en el término municipal de Pozoamargo, a media distancia entre Sisante y La Roda, quedando enmarcada todavía en la provincia de Cuenca.
El emblema diferenciador de la finca se encuentra en el hecho de que posee un palomar que le otorga gran personalidad y carácter propio. De aquí viene la simbología de las etiquetas que representan todas ellas a una paloma.
Entrando en la materia que nos ocupa, que no es otra que los vinos, lo primero que cabe destacar es la finca de casi 100 hectáreas que rodea a la propia bodega. Los suelos son arcillosos y calcáreos y las variedades que tienen plantadas en la actualidad son Cencibel o Tempranillo, Bobal, Cabernet Sauvignon, Merlot, Syrah, Petit Verdot y Cabernet Franc en tintas, mientras que los varietales blancos son Moscatel de grano menudo, Airén y Sauvignon Blanc.
Con estos varietales se elaboran 2 gamas bien diferenciadas, la gama Expresión y Alma que está compuesta por 3 tintos monovarietales, uno de Bobal, otro de Petit Verdot y otro de Tempranillo y un blanco en el que se mezclan la Sauvignon Blanc junto con un pequeño toque de Airén.
Por otro lado tenemos la gama alta que la componen vinos singulares, el primero que vamos a mencionar es el blanco, llamado Carmen, monovarietal de Sauvignon Blanc y con crianza en barricas de roble francés. Un vino elegante donde los haya, con una gran frescura, muy buena fragancia pero con una personalidad muy marcada por la crianza en barrica, que sin ser agresiva sí que le confiere un gran carácter.
Tresdecinco en un crianza muy equilibrado y con buen cuerpo, con una personalidad definida por su carácter frutal y su equilibrado peso en boca. Siempre es un coupage aunque según añadas puede variar su composición.
Llegamos al Selección, donde percibimos rápidamente que nos encontramos ante un gran vino. Complejo, profundo, untuoso y muy estructurado, con notas balsámicas y gran equilibrio en boca. Un señor vino.
Por último el Bobal de parcela, una auténtica joya donde las haya. Un Bobal de verdad y en mayúsculas, para presumir de varietal elegante, equilibrado y longevo. Por suerte hoy en día podemos encontrar en el mercado.
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