ocho encinas tinto

Ocho encinas blanco: Un homenaje a los árboles centenarios que rodean las viñas de la bodega

Este proyecto se inició como un vino más selecto, poca cantidad, fermentaciones más pequeñas y controladas, barrica nueva y un proceso mucho más mimado. Producción limitada de 4.560 botellas de blanco y 9.480 botellas de tinto.
Las variedades seleccionadas son cabernet y merlot. El viñedo está a A 800m de altitud que favorece una homogénea maduración y retención de la acidez.
Con el Cabernet buscamos estructura y ese toque balsámico característico de nuestro entorno y con el Merlot se busca la redondez y el dulzor de los aromas afrutados. Las dos variedades en conjunto hacen de este vino un vino aterciopelado, estructurado y con una gran persistencia.

Las uvas se vendimian manualmente, haciendo una selección de las uvas más sanas y con la madurez óptima, de esta manera las uvas no sufren oxidaciones durante el transporte y enfriando las cajas de vendimia en una cámara frigorífica, se consigue una fermentación más lenta y optimizamos la retención de aromas de las uvas.
Tras dos días en la cámara frigorífica, se despalillan las uvas y se introducen en un depósito abierto para su fermentación.
Con ello conseguimos una aireación necesaria para el desarrollo de las levaduras. El proceso de elaboración incluye tres bazuqueos diarios para favorecer la fermentación, promover la extracción de los compuestos polifenólicos; sin llegar a romper las pepitas y extrayendo compuestos amargos inapropiados.
Tras la fermentación, se prensan las pieles y la fermentación maloláctica se lleva a cabo directamente en barrica nueva, consiguiendo una acidez más placentera. Se utiliza únicamente roble francés la cual tiene mejor integración en el vino. La barrica proporciona tanino elágico que va a ayudar a que el vino sea más longevo, influyendo en la estructura y sabor de
este.
En todo momento el proceso se lleva separado por variedades y parcelas, catando las barricas bimensualmente. Se realiza un trasiego a los 6 meses para oxigenar el vino y evitar aromas reductores “a cerrado”. Cuando se decide que el vino ya tiene las mejores características de la barrica, aproximadamente 12 meses después, nos juntamos el equipo técnico para hacer pruebas y decidir el coupage final y sacar el vino de las barricas.
Tras el coupage, el vino se clarifica, pasa por un leve filtrado y se embotella para su posterior guarda en botellero, durante
aproximadamente otros 12 meses. Durante este tiempo se cata una vez al mes para ver la evolución que está teniendo, por consiguiente, se determina el momento de salida al mercado cuando el vino ya está alcanzando el máximo potencial.

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